sábado, junio 20, 2009

Palida muchacha

Rosario pobre, decente y de buenos principios, moribunda ha quedado su mirada, suele ser un poco distraída, sigue con la misma conducta, se ha fundido en la cama y aún cuando tiene que levantarse a trabajar, reza su última oración para las almas benditas del purgatorio.

Todos dicen que tiene una terrible enfermedad; chismes van y vienen pero en realidad nadie sabe que es lo que le pasa…

Hace poco consiguió trabajo en la abarrotera de Don Chuy, los de la cuadra dicen que se lo merece pero Augusto mi amigo, dice que es una conchuda, que tiene trato preferencial , que llega a la hora que quiere y que puede tomar las bebidas que prefiera, también me cuenta que el patrón se ha apiadado de la pobre moribunda.
Yo le he exigido que vaya a la capital a hacerse los exámenes, si es que de verdad está enferma pues que se traté…que tome medicina.


En la escuela se le puede ver siempre sola, con la cara al piso y siempre callada, solo opina en las clases de política, y aunque su opinión no es siempre la más acertada se ha ganado el respeto de sus compañeros, yo creó que tiene una clase de poder, como el del padrecito Ramón, ambos pueden decir estupideces y aún así obtendrán recompensas, una buenas calificaciones y el otro el diezmo.

Es el colmo, he sido testigo de sus calenturas, la verdad me dio un poco de asco ver sus piernas peludas y sus 80 Kgs. Repartidos en incontables lonjas.

Temeroso estoy de su mirada tan profunda, tan acatable, tan misteriosa, tan vacía…sin embargo, me he armado de valor y me le he preguntado como es que hacia para ligarse a los chavos mas guapos de la escuela (Estando tan fea y pálida!).
Yo la comprendo, se que tiene problemas con Roció (su mama soltera), pero pobre mujer!, está tan amargada por tantos recibos de cuentas que a veces se olvida de que tiene hija, sin embargo Rosario es una cabrona, eso es lo que es, ninfomanía e hipócrita…si me escuchara me rompe el hocico!

Después de la escuela acude como voluntaria del padre Ramón al templo, entre todas las buenas almas del pueblo reparten comida a los pobres y al terminar oran por sus almas hasta muy noche; o por lo menos eso es lo que dicen las vecinas; que oran a puerta cerrada, que cuando todos se han ido, el curita y Rosario unen sus plegarias al cielo, pero a puerta cerrada, para que la muchacha se concentre en sus ‘rezos’.

El nuevo chisme que se traen de arriba para abajo es que chayito ya se va para la capital, por eso le están organizando su fiesta de despedida, será este próximo 27 de agosto, por que en septiembre comienzan sus clases de computación e inglés.

La fiesta será en grande, se oficiará misa en su honor y tamales y atole para todos, todos están trabajando arduamente para el gran evento, su única preocupación es la canija enfermedad que tiene, - pedimos por que le vuelva el color a la cara, que una buena familia de la ciudad la acoja en su regazo y que diosito nos la ampare - escuché decir al comisariado.

No iré a la fiesta, me niego a ser parte de tan tormentoso momento, además yo ya la despedí, fuimos ayer a la loma, al mirador donde siempre quiere ir a ver a los ‘duendes’.

Yo creo que hoy verá a todos los pitufos de la región, se metido mucho mas pellote que nunca.

Como es costumbre, sonríe fúnebremente y mira de un lado a otro, al parecer está midiendo sus terrenos y deduce victoriosa que el pueblo ahora le queda chico.
Yo pienso que no la volveré a ver, siento que no hay quien la detenga, ni siquiera yo.

El viento soplaba y hacia mucho frió, las estrellas y las lámparas obsesionadas conspiraban para encontrarla...

Era ya tarde y le pedí que volviera, que ropa por ser empacada la empacaba, que una nueva historia estaba por escribirse…sin embargo, he de confesar que por primera vez en años me sorprendió, lloraba como niña desconsolada.

Me miró y supe que necesitaba un abrazo, después gritó y ahí fue cuando supe que había dejado el personaje y bajado la guardia.

- Ya sabes que te voy a extrañar y que yo soy la que pierde, me quedaré sola, deambulando como zombi y abusando de la bondad de los bien intencionados – dijo.

Después de su fiesta de despedida la fui a dejar al camión, susurró que regresaría por mi algún día y se fue.

Nunca más la eh vuelto a ver.
Le he escrito cartas por años; nunca tuve contestación.

No me resigno a perderla, pero ella no va a buscarme, quizás creyó que la acosaría, que quería regresar a su vida…yo solo quería saber como estaba, que se acordara de vez en cuando que de su vieja amiga ‘consciencia’.

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