viernes, diciembre 05, 2008

Kikin


Kikin

Por: Armand Chávez


Tienes que verte a ti mismo; tan grande, tan capaz, tan inteligente…el carisma que te cargas lo mamaste de tus padres.

Nunca me ha gustado que seas tan delgado ¡pareces desnutrido! Tú me enseñas que no importa, dices que así eres desde pequeño y me pides una coca bien helada de tomar.

Siempre te he reprochado que seas un adicto a los videojuegos, ¡ya estás grande! Pero sabes que soy indulgente aunque te regañe; yo también lo era…de repente te me pierdes una hora y te encuentro invirtiendo el dinero que te dio tu padre en un software que parece que requiere de 10 manos para jugarse.

Tus manos tibiecitas y tu carita de ángel son lo primero que veo al despertar del letargo provocado por la cerveza y los cigarros que consumí ayer…Esperas que cumpla con la promesa de ir al parque como lo prometí, me duele la cabeza pero sonrío.

Me duele que hayas tenido que pasar por tantos accidentes a tan corta edad; que la escalera no adivinara donde querías poner el pie, que no estuviera firme la rama del árbol donde querías poner el pie, y que la bicicleta no tuviera un lugar donde pudieras apoyar los pies para evitar que se inutilizara tu piecito por un mes y que eso castigándote con un yeso de 1 tonelada.

Debo confesarte que tengo sentimientos encontrados con respecto al carro que te atropelló, no sé si odiar al agresor o agradecerle por el día en que me dijiste que la cruz roja es buena y que hay que apoyarla por que fue la primera en llegar, no sé, no soy tan listo como tú.

Pero sobre todo me haces reír como enfermo, y es que eres tan autentico…creo que por eso eres el niño más popular de la colonia, me causa mucha risa que quemaras el ropero con toda la ropa de tu hermano fingiendo que no habías sido tú teniendo los cerillos en la mano.

¡Como me alegraste el día en que me marcaste sin saber que ya lo podías hacer y me contaste que no sabias con quien estabas, que solo estabas jugando con la gallina y los pollitos que tenías por mascotas!… también cuando me dijiste que de grande no querías tener un trabajo tan aburrido como el mío y que tu sueño era tener un tractor y ser un corredor de motos.

¿Recuerdas el día en que me contaste de la terrible pesadilla en la que tu perrito el ’bicho’ te defendió del perro grande que te estaba persiguiendo y que para tu suerte le ganó y no conforme con eso se lo comió?... No pude dejar de reírme todo el día por tu sueño, perdón…

Tanto y tanto me has enseñado y solo tienes 7 años.

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